En la actualidad es importante entender que como sociedad y como individuos, tenemos una responsabilidad con los adultos mayores de nuestro país, que no podemos, ni debemos eludir. El comprender que nuestros deberes con la comunidad de adultos mayores ayuda a mejorar su calidad de vida, es fundamental para que estos puedan tener una vejez digna y lo más feliz posible.
Si se tiene esto en mente, antes de enfocarnos en la responsabilidad que tenemos como adultos con los abuelos, es importante cuáles son los derechos que tienen y cómo estos se violentan, pues desde esa base, es que podemos construir los cambios necesarios para asumir los deberes que impulsen una mejor atención para la población de adultos mayores en España.
¿Cuáles son los derechos de los adultos mayores?
El conocimiento de los derechos de los adultos mayores es, como ya hemos mencionado, fundamental. Esto se debe a que si bien ellos también tienen unos deberes que asumir, su posición de vulnerabilidad hace que seamos las generaciones más jóvenes, los responsables de garantizar que estos derechos sean respetados, sobre todo en momentos tan complejos como los que se han vivido desde el inicio de la pandemia.
Si bien no era un secreto que antes de la pandemia los problemas de la población de adultos mayores ya estaban desatendidos, el confinamiento y el alto riesgo que conllevaba el contagio de Covid-19 nos hizo darnos cuenta de la realidad, y de la posición vulnerable en la que se encuentran los abuelos.
Teniendo ello en mente y pensando no solamente en como afecto la vida de los adultos mayores la pandemia, sino en los derechos humanos a nivel general, estos son los aspectos más fundamentales que deben ser atendidos:
- Enfoque de ciclo de vida y visión prospectiva: El envejecimiento es un proceso involutivo que ocurre durante toda la vida y que requiere valorar los efectos de las acciones que se realizaron en etapas anteriores de la vida y elaborar alternativas que consideren escenarios futuros para la población. Lo que significa que deben crearse planes sociales que deben desarrollarse pensando en todas las etapas de la vida del ser humano, para que pueda asegurarse una vejez digna y sana.
- Participación: Las personas adultas mayores tienen derecho a la participación activa en la aplicación de las políticas que inciden directamente en su bienestar, a compartir sus conocimientos y habilidades con las generaciones más jóvenes.
- Igualdad de oportunidades: Los adultos mayores sin importar su lugar de origen, género, edad, discapacidad, condición social o de salud, religión, preferencias, estado civil, tienen derecho a toda oportunidad de formación y realización, así como a la alimentación, el agua, la vivienda, vestido, atención sanitaria, oportunidad de un trabajo remunerado, educación y capacitación, y a vivir en un entorno seguro y adaptado a sus necesidades, de manera que se privilegie su integridad física, su salud y su vida.
- Cuidados: Las personas de la tercera edad tienen derecho a beneficiarse de los cuidados de su familia, a tener acceso a servicios sanitarios y a disfrutar de los derechos humanos y libertades fundamentales cuando residan en hogares y en instituciones donde se les brinden cuidados y tratamiento.
- Dignidad: Las personas adultas mayores tienen derecho a vivir con seguridad, ser libres de cualquier forma de explotación, maltrato físico o mental, lo que se resume en recibir un trato digno.
- Autorrealización: Los adultos de la tercera edad tienen derecho a aprovechar las oportunidades para desarrollar plenamente su potencial, mediante el acceso a los recursos educativos, culturales, espirituales, recreativos y a la participación política.
- Acceso a la justicia: Las personas adultas mayores tienen derecho a ser oídas, con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable por un Juez o Tribunal competente. A su vez se garantizará la debida diligencia y el tratamiento preferencial a las personas adultas mayores para la tramitación, resolución y ejecución de las decisiones en procesos administrativos y judiciales. La actuación judicial deberá ser particularmente expedita en casos en que se encuentre en riesgo la salud o la vida de la persona mayor.
- Enfoque de Derechos y calidad de vida: Toda acción a favor de las personas adultas mayores representa un cambio estructural en el diseño de la política pública de vejez, con una visión integral de las condiciones que propicien su desarrollo humano.
¿Cuáles son los deberes que tenemos con los abuelos?
Ahora bien, entendiendo los derechos que tienen los adultos mayores, parece sencillo identificar cuáles son nuestros deberes con ellos. Sin embargo, la realidad es que en muchos casos, olvidamos que tenemos una responsabilidad que asumir y que son nuestras acciones las que hacen la diferencia en la calidad de vida que les podemos brindar.
Haciendo hincapié en lo necesario que es tomar acciones que realmente generen cambios positivos en la vida de los adultos mayores de nuestra familia, y por consiguiente generar cambios en mayor medida, hemos contactado con los profesionales de la Residencia Nuestra Señora del Rosario, quienes compartieron con nosotros las maneras en las que podemos ayudar e influir positivamente en la vida de los abuelos de nuestro núcleo familiar, lo cual se puede conseguir tomando en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Respetar, por derecho y con deberes: En el apartado de los derechos de los adultos mayores, hablamos de la importancia de que se les ofrezcan las mismas oportunidades sin discriminación por razón de edad, de enfermedad, dependencia o discapacidad, ideología, nivel cultural o económico, creencias religiosas o lugar de residencia. Todo esto también debe ser considerado a la hora del respeto que merecen como seres humanos.
En este particular es importante entender que tratar con respeto a los adultos mayores es un deber de la sociedad, pero también ellos deben ser responsables de tener relaciones respetuosas con otras personas.
- Cumplir con los principios bioéticos: En el desarrollo vital, en la atención y cuidados, la sociedad en general y todos como individuos, debemos garantizar los principios de:
- No maleficencia: no provocar daño, respetar la integridad física y psicológica.
- Justicia: reparto equitativo de herencias, respeto a la propiedad privada, evitar la segregación, la discriminación y la marginación.
- Autonomía: permitir que mantengan la capacidad de tomar las decisiones propias (en la medida de lo posible y siempre según sus particularidades)
- Beneficencia: hacer el bien, siempre en relación con el principio de autonomía.
- Garantizar el bienestar y la calidad de vida: Como sociedad debemos promover la necesidad de crear condiciones adecuadas en relación al hogar, a la comunidad, garantía de prestaciones, salud, integración social, con la familia, amigos y entorno, la seguridad, la educación, el control personal y la posibilidad de elección.
- Informar, comunicar, valorar: Para que los adultos mayores tengan una vejez digna y sana, es importante que estos se sientan escuchados y que su opinión sea valorada, lo mismo que sus emociones y preocupaciones. Es importante que toda la información que se comparta con ellos sea clara y sencilla de entender, pues esto es fundamental para la comprensión y para que puedan tomar decisiones.
- Preservar la identidad y dignidad personales: Este aspecto es muy importante pues se trata de darle valor a las opiniones, costumbres, hábitos siempre que sean saludables de los adultos mayores. Sin embargo, siempre se puede ofrecer ayuda o alternativas diferentes, pero permitiendo que participen en las decisiones que le afecten. Lo mejor que se puede hacer es respetar su identidad personal, y garantizar el apoyo a la dignidad en la relación y atención a las personas mayores.
- Adaptar y reforzar: La empatía es fundamental cuando se trata del cuidado de los adultos mayores, por ello es importante tomar en cuenta la situación de salud en su más amplio sentido: en las áreas clínica, funcional, mental, emocional, sensorial, social, física, familiar y espiritual.
- Formar, animar a aprender: Poco antes hablábamos de la importancia de crear planes que aseguren una vejez digna y sana, si se tiene esto en mente, una de las maneras de llegar a ese desenlace es la promoción del envejecimiento activo y saludable, pues en estos planes se trabajará la prevención de la dependencia, en el abordaje y tratamiento de síndromes geriátricos, tomando en cuenta al adulto mayor como protagonista del proceso.
- Proporcionar acompañamiento y presencia: El tiempo es el mejor regalo que se le puede dar a un adulto mayor, ya sea dentro de casa o en residencias, lo ideal es que la familia dedique tiempo a realizar actividades con ellos.
- Facilitar el acceso a las nuevas tecnologías: Se deben desarrollar estrategias que faciliten el acceso, la formación y la creación de dispositivos que acerquen a las personas mayores a la tecnología de la información y de la atención, en la investigación y desarrollo, teniendo en cuenta sus necesidades.
- Pedir ayuda: Si la dedicación a los cuidados del adulto mayor produce sobrecarga emocional y económica, lo mejor que puede hacer para protegerlo es acudir a organizaciones especializadas en la atención a personas de tercera edad para que ayuden a encontrar las opciones de cuidado que se adapte mejor a las necesidades de la familia.
Ser activos y responsables en las formas de cuidados de los adultos mayores es fundamental para garantizar no solo una vejez positiva para nuestros abuelos, sino que a su vez, estamos generando cambios positivos que nos beneficiaran cuando seamos nosotros los que estemos en esa posición de vulnerabilidad.