Las empresas familiares, ¿una buena idea?

ISOTIPO

Muchas son las familias que tienen una empresa en común y para las que, por tanto, cada día es una historia bien diferente. En España, buena parte de esas organizaciones pasa de generación en generación, perpetuándose su modelo de negocio y adaptándose a los nuevos tiempos. Y es que, ¿quién mejor que nuestros propios hijos y nietos para dirigir la actividad que nosotros mismos hemos creado o que, a su vez, cogimos de manos de nuestros padres o madres? Está claro que son quienes mejor conocen nuestra manera de proceder y de actuar ante cualquier situación.

Sin embargo, dirigir una empresa familiar o formar parte de ella puede dar lugar a numerosos problemas que no acaban cuando finaliza la jornada laboral. Si la relación no es especialmente buena entre las personas que la componen o si es buena pero se va degradando, no solo tendremos una aversión mayor por el trabajo, sino también por todo lo que tiene que ver con nuestra familia. Y es una verdadera pena que casos así se registren en nuestro país o en cualquier otro sitio del mundo. Nosotros somos de aquellas personas que consideramos que es posible dirigir un negocio familiar rentable sin que eso implique perder o empezar a odiar a nuestra familia.

Una de las claves más importantes para dirigir un negocio familiar rentable y en el que no haya lugar para disputas entre sus miembros es contar con un apoyo externo en forma de asesoría, delegando tanto trabajo como sea necesario para que no exista una falta de tiempo para desarrollar determinadas actividades. Esa falta de tiempo, además de la gestión, inversión o reparto del dinero, es uno de los motivos que conducen a la existencia de esas rencillas familiares que ningún bien le hacen al negocio de acuerdo a diferentes estudios encargados por Martín Laucirica, una asesoría de empresas en Bilbao que tienen renombre en el sector.

Contar con esa ayuda externa es algo que, desde luego, es fundamental para conseguir que los resultados del negocio sean los que realmente esperamos. Esa ayuda nos permite disponer del tiempo necesario para asumir todas las tareas que se supone que van dedicadas a mejorar los registros de nuestra empresa. Si estuviéramos demasiado ocupados en tareas como las que ocasiona la siempre interminable burocracia española, está claro que no le dedicaríamos la misma cantidad de horas a la estrategia publicitaria, de ventas o empresarial de nuestra compañía.

Ni que decir tiene que en aspectos como estos se encuentra el secreto para obtener esa rentabilidad tan grande. Hay muchas pequeñas empresas cuyos representantes no se han dignado a externalizar alguna actividad por el simple hecho de que lleva asociado un coste, dilapidando por ello la posibilidad de obtener las ventajas derivadas de una cuestión como ella, que redundan a su vez en la salud del negocio. Está claro que hablamos de una cuestión, la de externalizar sobre todo lo que tenga que ver con temas burocráticos y trámites, que puede marcar la diferencia entre el éxito y el fracaso en el seno de una empresa.

Las empresas familiares son más importantes de lo que parecen

Hay algunos datos que muestran que las empresas de índole familiar son mucho más importantes de lo que parecen. Siempre se tiene la sensación de que este tipo de negocios son pequeños y poco relevantes para la economía nacional, pero las cifras revelan exactamente lo contrario. Y eso hemos podido comprobar gracias a una noticia publicada en el portal web Libre Mercado en 2018 que indicaba que este tipo de empresas generan nada más y nada menos que el 58% del PIB y crean una cantidad de empleos que se sitúa en torno a los 6’5 millones. En otras palabras: son negocios imprescindibles para una economía como la nuestra.

Seguro que los datos que os hemos proporcionado en el párrafo anterior han desmontado alguna teoría que pudierais estar manejando. Las empresas familiares son mucho más importantes siempre de lo que aparentan y así lo van a seguir siendo. Lo que debemos conseguir en relación a ellas es que su gestión sea fácil y que no ocasione problemas familiares a las personas que se encargan de su dirección. Sería muy triste que dirigir este tipo de negocios englobara problemas con las personas a las que más queremos de esta vida.

Ojalá que esa situación no se vuelva a dar nunca más. Pero, para ello, son las propias personas que se encuentran al cargo de una empresa familiar las que tienen la solución. Y consiste en externalizar todos esos trámites burocráticos que nos puedan quitar un tiempo que puede ser elemental en el diseño de otras cuestiones ligadas al desarrollo de la empresa. Mucha gente dice que mezclar familia y trabajo no es una buena idea. Nosotros creemos que es una idea magnífica porque no hay nadie que nos comprenda mejor que nuestra propia familia. Pero, si tenemos en cuenta todo lo que hemos ido comentando en este artículo, mejor que mejor.

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