Dicen que la justicia de nuestro país es lenta y, en ocasiones, la verdad es que no nos queda más remedio que darle la razón a todas esas personas que defienden esa tesitura. Ni que decir tiene que hay procesos que se alargan mucho más de lo que dicta la paciencia de las personas que se encuentran implicadas en él. Hay que hacer todo lo posible por cambiar este tipo de asuntos y hacer que, de verdad, la justicia sea algo que merezca la pena en el interior de nuestras fronteras. La ciudadanía de nuestro país lo pide a gritos.
Para dotar de eficiencia a estos procesos se creó, precisamente, la figura del procurador en los tribunales, que es esa personas que se encarga de presentar documentación en plazo y de todos esos trámites que, desde luego, resultan tediosos pero que si no se cumplen pueden generar un problema para el interesado. Está claro que esta labor es de primera importancia y que no se puede prescindir de ella porque, de lo contrario, los problemas que iban a sufrir las personas que se encuentren inmersas en un proceso judicial iban a ser constantes. Y a nadie le interesa que eso sea así.
Una noticia publicada por el diario El Mundo en el año 2010 ofrecía algunos de los datos que explican de una manera más explícita lo que pasa en España en lo que respecta a los procesos judiciales. El titular de la noticia, que no es otro que «los juicios en España se eternizan» ya es toda una declaración de intenciones. Asegura la noticia que España es el país de Europa que tiene el índice más bajo de casos resueltos con respecto a los recibidos y que el plazo medio para resolver una demanda en el interior de nuestras fronteras era de 296 días: unos diez meses. Es evidente que esto no puede seguir así.
Teniendo en cuenta algunos de los datos que tienen que ver con los lentos procesos de la justicia de este país, es evidente que una figura como la del procurador puede ser de gran utilidad en el sentido de que es la única capaz de aligerar un poco el proceso en el que estemos metidos. Esta es la cuestión que explica que la gente esté empezando a confiar mucho más que en años anteriores en los procuradores, según lo que nos han comentado desde Procuradores de Burgos.
Aun así, ¿no debería cambiar el sistema judicial español?
Desde luego que debería. Que exista una figura como lo es el procurador no es óbice para que el sistema judicial no tenga que cambiar. Desde luego, es necesario que se intente llevar a cabo un avance en este sentido porque, desde luego, no cabe la menor duda de que es lo que reclama una sociedad española es que se simplifique todo el proceso. Es inaceptable que estemos un año de media hasta finiquitar una demanda. No es serio y, de no ser por la figura del procurador, se tardaría mucho más en terminar con este asunto.
Por supuesto, no estamos intentando conseguir una justicia que sea absolutamente perfecta. Sabemos que eso es muy complicado, pero lo que es evidente es que hay que poner todos los medios que estén a nuestro alcance para ir mejorándola poco a poco. Desde luego, es lo que hace falta para garantizar la eficiencia que falta ahora mismo en el sistema judicial y contra la que luchan de manera incansable profesionales como los procuradores. Ni que decir tiene que hay que poner toda la carne en el asador para hacer posible que los cambios de los que estamos hablando sean una realidad cuanto antes mejor.
Es lógico suponer que la justicia no funciona a toda máquina en ningún otro país. Ni siquiera en entornos como lo pueden ser Alemania, Japón, Estados Unidos o los países escandinavos, que destacan por la eficiencia de sus trabajadores, la justicia funciona a la perfección. En todos sitios presenta algún tipo de problema. Pero una cosa es eso y otra que los procesos se paralicen, algo que desde luego no podemos seguir permitiendo y que hace que se consuma la paciencia de muchas personas en este país.
Hay que seguir apostando por todo lo que tiene que ver con la mejora de nuestras instituciones, y hacer acopio de todas las mejoras que hacen falta en el sistema judicial español es una buena actividad que, además, hace mucha falta en todos los juzgados de todas y cada una de nuestras comunidades autónomas. Es un trabajo arduo, eso está claro, pero no cabe duda de que será una inversión a largo plazo si conseguimos llevarlo a efecto, lo cual es uno de los grandes propósitos de muchas personas en los tiempos que corren. Ojalá que así sea.