Carnaval de Cádiz: una vez en la vida tienes que ir

ISOTIPO

Este año he tenido la suerte de vivir una de esas cosas que solo se hacen una vez en la vida. De esas experiencias que luego dan para muchas anécdotas y que siempre queda en el corazón y en la mente. Son los Carnavales de Cádiz. Una fiesta que como todo el mundo dice está llena de color, música y buen humor. Y sí, eso de que cuando vas un año quieres volver, es totalmente cierto. Ya tengo el billete de avión y la reserva de hotel para el próximo.

Os cuento más o menos lo que fue para mí este Carnaval. La verdad es que desde el primer momento en que llegué, me sumergí en la gran fiesta que inunda las calles de la ciudad. Eso que dicen que cuando vas a la tacita de Plata te sientes como un gaditano más, es totalmente cierto. Recuerdo que el futbolista Michael Robinson siempre lo decía y yo que le seguía mucho pues me quedé con la copla.

Durante los carnavales, Cádiz se llena de chirigotas, coros y comparsas, y es imposible no dejarse llevar por la alegría de sus calles. La verdad es que fue una gozada. Y sí, es un lugar en el que lo puedes hacer por poco dinero, porque el nivel de vida en Cádiz es bajo, e incluso puedes encontrar todavía, y eso es algo que no es fácil, cervezas a un euro en los bares más clásicos del centro. Algo que también viene muy bien.

Una de las actividades que más disfruté fue recorrer las calles del centro histórico, donde se concentran las agrupaciones cantando al aire libre. ¡Es increíble el arte que tiene esta gente. Hay que reconocer que te dan ganas de reír a carcajada con las letras de las Chirigotas, pero también de emocionarte con la letra de las comparsas. Si no sabes mucho de lo que es el carnaval, lo mejor es que acompañes a alguien que sepa y que te cuente todo.

Una noche en el Falla

Lo que tenía claro que no podía perderme era el Concurso Oficial de Agrupaciones Carnavalescas (COAC) en el Gran Teatro Falla. Un sueño desde muchos años. Asistir al Falla fue un sueño hecho realidad. Me lo imaginaba bonito, pero fue todavía mejor. Cada actuación era un derroche de creatividad y emoción, y me sentí privilegiado de poder ser testigo de un espectáculo tan único. Entre otras cosas porque no es nada fácil conseguir una entrada. Incluso los propios vecinos de Cádiz se enfadan porque muchas veces se las llevan, o nos las llevamos, los de fuera.

Y por supuesto, para integrarme aún más en el ambiente carnavalesco, decidí comprarme un disfraz. Esto ahora es fácil porque lo pides online y lo tienes en seguida. Yo lo hice en La casa de los Disfraces y en menos de 24 horas ya lo tenía. Con mi disfraz de rey de corazones de Alicia en el país de las Maravillas, me uní a las calles y viví la fiesta como un gaditano más. Con todo su respeto. La verdad es que fue una experiencia muy muy divertida. De las mejores que recuerdo.

Estar en ese teatro, ese teatro que tantas veces había visto por la televisión, incluso en cintas VHS, rodeado de un público que disfruta con cada actuación, es una experiencia que no tiene comparación. Eso sí, ahora mi objetivo es poder estar en la final, porque en mi caso fui a una sesión de cuartos de final.

Más que un carnaval

Lo que tengo claro es que los Carnavales de Cádiz no son solo una fiesta, son una declaración de identidad, un homenaje al sentido del humor y una forma de demostrar lo que son los gaditanos. Yo soy vallisoletano, y la verdad es que me da pena no tener ese sentimiento.

Una visita en la que pude disfrutar de momentos inolvidables, conocer gente maravillosa de las que todavía tengo su teléfono y ser parte de una tradición que creo que es única en todo el mundo. No tengo dudas: el próximo año volveré con más ganas, otro disfraz y una sonrisa más grande. Y sí, con más gente porque mis amigos al contárselo ya se han querido apuntar.

Yo la verdad es que lo recomiendo, por eso si todavía no has tenido la oportunidad de vivir los Carnavales de Cádiz, no lo pienses más. Una vez en la vida tienes que ir.