Cuando te matriculas en la universidad, uno de los asuntos importantes a resolver es el alojamiento. Sobre todo si la facultad te coge a una distancia considerable de tu vivienda habitual. ¿Residencia universitaria o piso de estudiantes? ¿Cuál es mejor? Este es el dilema al que se enfrentan muchos estudiantes antes de cada curso.
Si te desplazas de provincia o de país para estudiar una carrera, parece lógico que te formules esta pregunta. Pero, incluso, estudiando en tu misma provincia, si para ir todos los días a la facultad tienes que coger el tren o un autobús puede ser que te merezca la pena buscar un alojamiento cerca del campus.
Haciendo cuentas, puede ser que a lo largo del año te gastes una cantidad considerable de dinero en transporte, y sobre todo, que pierdas un tiempo en los desplazamientos que podrías estar aprovechándolo estudiando o haciendo otra cosa. Las dos opciones más habituales son contratar una plaza en una residencia de estudiantes o compartir piso con otros compañeros.
Alberto, que vive en Palencia y se tuvo que trasladar a Burgos para estudiar la carrera. Contrató una habitación en una residencia del grupo Larrú cerca del campus. Cuenta que era el lugar ideal para descansar y prepararse las clases. En sus propias palabras, como en la residencia no hay otro sitio mejor.
Yo, por mi parte, me alojé los tres años que estudié en la Universidad de Murcia en un piso que compartía con unos amigos que eran del pueblo de Águilas. Para mí aquello fue toda una experiencia que me ayudó a crecer como persona. A ser un individuo más autónomo e independiente. La convivencia en el piso fue casi tan importante como la formación académica que recibí.
Pero antes de formular conclusiones precipitadas, analicemos un poco más estas dos opciones.
Cómo funciona una residencia de estudiantes.
Las residencias de estudiantes son como pequeñas comunidades estudiantiles. Imagínate entrar en un mundo donde las aulas se convierten en tu vecindario y los compañeros de clase se transforman en tus compañeros de cuarto.
En primer lugar, las residencias de estudiantes suelen ser edificios dedicados a albergar a estudiantes de diversas carreras y distintos cursos. La estructura es bastante simple: habitaciones individuales o compartidas, áreas comunes para socializar, estudiar y disfrutar del tiempo libre. Pero, ¡ojo!, aquí el secreto está en las relaciones sociales.
Las reglas en las residencias varían, pero la mayoría se basan en el respeto y la convivencia. Sí, suena a cliché, pero es esencial. Imagina un lugar lleno de gente joven, todos con diferentes hábitos y horarios. Así que el respeto por los demás y sus horas de sueño es básico.
Hablemos de la convivencia. A menudo, las residencias fomentan la interacción entre los residentes. Hay eventos, actividades y espacios diseñados para que te encuentres con otros estudiantes. Desde cenas compartidas hasta noches de juegos. Estas experiencias contribuyen a forjar lazos que pueden durar toda la vida.
En cuanto a las normas, por lo general, prima mantener la paz y la armonía en la residencia. El silencio después de cierta hora es como una ley no escrita. También, la limpieza es crucial. Nada de dejar los platos sucios en el fregadero durante días. Pero no te preocupes, ¡no se trata de vivir en una dictadura! Más bien, estas normas buscan crear un ambiente donde todos se sientan cómodos.
Otra ventaja de las residencias son los servicios. Desde lavanderías hasta salas de estudio, todo está a tu alcance. Esto significa que puedes centrarte en lo importante: tus estudios.
En el corazón de todo esto está el personal de la residencia. No son solo guardianes de las reglas, también son los que organizan las actividades que rompen la rutina y te ayudan a desconectar. No es raro que creen un ambiente familiar.
¿Y qué hay de las comidas? Algunas residencias ofrecen servicios de comedor, lo que significa que te puedes olvidar (al menos ocasionalmente) de preparar tus propias comidas. Es como tener tu pequeño restaurante en casa.
Una residencia de estudiantes es como un microcosmos donde se mezclan la vida académica y social. No solo es un lugar para dormir y estudiar, sino un espacio para hacer amigos, aprender a vivir con otros y, sobre todo, para crear recuerdos que te acompañarán durante toda tu vida.
Fran, que se alojó en la residencia “Lope de Vega” en Madrid, cuenta en la web para estudiantes Yugo que su experiencia en la residencia fue muy gratificante. Cuando llegó, pensaba que se iba a encontrar un ambiente individualista, donde cada uno iba a su bola. Cuál fue su sorpresa que encontró un entorno cordial. Donde unos se ayudaban a los otros y terminaban haciendo piña.
Cómo es la vida en un piso de estudiantes.
Consultando el portal Idealista y otras webs parecidas, todas hablan de pisos en las que se alquilan las habitaciones individualmente a estudiantes. Puede ser que esa sea la tendencia actual, de hecho, de esta manera, los propietarios sacan mayor beneficio por el piso, pero esa no fue mi experiencia.
Nosotros éramos un grupo de amigos que ya nos conocíamos de antes. Cada uno estudiaba una carrera distinta, pero algunos de ellos habían coincidido en el mismo instituto. Quedábamos a finales de agosto para buscar piso en la ciudad y ese mismo día firmábamos el contrato de alquiler. El penúltimo año de carrera nos gustó tanto el piso que lo reservamos para el año siguiente.
Éramos 5 amigos en un piso de tres habitaciones. Por lo que lo echábamos a suerte y 4 compartían alcoba en una habitación doble y otro tenía una habitación individual. Los pisos estaban completamente amueblados, teníamos todo lo que necesitábamos: cocina, lavadora, frigorífico, baño, solo faltaba la tele, que se la trajo uno de su casa.
Nos repartíamos el armario de la cocina y el frigorífico entre los 5. Cada uno tenía su estante y su bandeja en el frigo. Cada cual hacía la compra de la semana y se cocinaba su comida. Esto no impedía que un día a uno se le ocurriera hacer espaguetis para todos, o que otro diera a probar al resto el tupper de lentejas que había traído de casa.
El único problema que había en el piso era organizar los turnos de limpieza. Por lo general, cuando nos poníamos, limpiábamos el piso entre los 5 de una atacada. Lo demás, más o menos, salía de forma natural.
Aquí no había más remedio que espabilarse. Todos veníamos de vivir en casa con nuestros padres. Aprendimos sobre la marcha a cocinar, para no cenar todas las noches lo mismo, a lavarnos nosotros mismos la ropa y a gestionar un presupuesto limitado, para tener algo de dinero por si un jueves por la noche salíamos de fiesta u otro día nos íbamos al cine.
He de decir que yo tuve mucha suerte con mis compañeros de piso. En otros pisos que conocía, surgieron problemas de convivencia. Nosotros parecíamos hermanos. Cuando no estábamos en la facultad íbamos juntos a todos sitios.
Diferencias entre una residencia y un piso de estudiantes.
Como te has podido hacer una idea, la vida en un piso compartido y en una residencia de estudiantes es diferente. Aun a riesgo de parecer repetitivo, estas son algunas de las diferencias que hay entre las dos opciones.
- Gestión y servicios: En una residencia universitaria, la gestión es centralizada, con servicios como limpieza, comedor y, a veces, actividades organizadas. En un piso de estudiantes, la gestión y los servicios dependen de los inquilinos, quienes asumen responsabilidades como la limpieza y las comidas.
- Convivencia y socialización: Las residencias universitarias fomentan la interacción social mediante eventos y actividades planificadas, creando un ambiente comunitario. En un piso de estudiantes, la socialización depende más de la iniciativa y disponibilidad de los compañeros de piso.
- Flexibilidad y autonomía: Los pisos de estudiantes ofrecen más flexibilidad y autonomía en términos de horarios, reglas internas y elección de compañeros de piso. Las residencias universitarias tienen normas establecidas por la administración de la residencia.
- Responsabilidades financieras: En un piso de estudiantes, los inquilinos pueden tener más control sobre los gastos y responsabilidades financieras, como el alquiler y los servicios públicos. En una residencia universitaria, los costes están incluidos en una tarifa general.
- Ubicación: Las residencias universitarias a menudo están ubicadas cerca del campus, facilitando el acceso a las instalaciones académicas. Los pisos de estudiantes pueden estar dispersos en diversas áreas de la ciudad.
- Duración de la estancia: Las residencias universitarias a menudo operan en períodos académicos específicos. Los pisos de estudiantes, por otro lado, suelen tener contratos de arrendamiento más flexibles y opciones de estancia a más largo plazo.
- Nivel de compromiso: Una residencia universitaria puede requerir un mayor nivel de compromiso y adherencia a las normas. En un piso de estudiantes, la dinámica suele ser más relajada y dependiente de las decisiones consensuadas entre los compañeros.
No podemos decir que opción es mejor o peor. Todo depende de las circunstancias de cada uno. Lo que si te recomendamos antes de tomar una decisión es que valores con detenimiento las dos alternativas, para que elijas la que más te conviene.